Felisa, I'm dying

Pues eso:

¡Felisa me muero a todos!

Highway to hell: el transporte público londinense

El metro

Imaginad el metro ideal: tecnología puntera al servicio de miles de personas a diario. Amplias estaciones subterráneas diseñadas de tal manera que las masas se muevan con total comodidad, en un ballet sólo perceptible por las cámaras de seguridad. Imaginadlas todas con varios accesos, también para minusválidos. Imaginad unos andenes anchos con capacidad para colas de diez personas, todas con su espacio personal intacto. Imaginad unos vagones ultramodernos, contínuos, amplios, con asientos más que suficientes, altos, con aire acondicionado. Y todo ello, a un precio económico que supone una gran alternativa al transporte terrestre.

Ahora imaginad lo contrario: eso es el metro de Londres.


"Next station is... Hellsbury. Change here for the Inferno, Insanity and Babymurderon lines".


La capital económica de Europa se caracteriza, entre otras cosas, por tener un sistema de transportes tercermundista con la peculiaridad de que es CARO DE COJONES y si no te haces rápidamente con una Oyster Card, prepárate a pagar entre 5.60 y 7.20 libras por un abono de todo el día. Para empezar, me parece que hay 5 estaciones con acceso para minusválidos en toda la red. Las estaciones están construidas con túneles claustrofóbicamente estrechos y diseñadas de tal manera que las masas de gente que vayan en distintas direcciones se crucen y haya inevitables choques. Los andenes son estrechos y, además, una de las feas costumbres de los ingleses en el metro, a parte de tirarse unos pedos asquerosos que son reflejo de su dieta, es suicidarse.

Para que os hagáis una idea, la principal causa de muerte violenta en el London Tube es el suicidio mediante el poco ortodoxo pero eficaz método de dejar que una inexorable máquina de varias toneladas de metal te desmiembre. Es algo casi tan arraigado como tomar el té. Fijáos si se practica esto de tirarse a la vía, que se sabe que la hora punta de suicidios son las 11 de la mañana (consejo: mejor madrugar para que no pilléis la vía abarrotada de cadáveres).


Cannibal Corpse lanzó Gallery of suicide después de un fin de semana en Londres. La inspiración duró varios discos más.


El problema parece ser tan grave que en algunas paradas hay sistemas "anti-suicidio".

La verdad sea dicha: una vez conocido el dato de los suicidios, uno puede elaborar una teoría sobre la escasez de accesibilidad para minusválidos. No es que no se gasten el dinero en adaptar las estaciones, es que están limitando la población de suicidas potenciales a personas sin discapacidades físicas. Muy inteligente, sí señor.

De todos modos, los suicidios no son el problema principal del transporte. El problema es que el transporte no está preparado para ningún tipo de eventualidad, ya sean suicidios, accidentes, desmayos, apuñalamientos o cosas menos molonas como trenes averiados o más gente de la normal.

Para veáis de lo que hablo, os pongo un ejemplo: hace unos días hice mi intercambio en Holborn para coger la línea Picadilly e ir hasta mi universidad. Así que andé entre la multitud por el estrecho túnel y cuando iba a coger el desvío hacia mi vía, ¡albricias!, dos guardias de seguridad amablemente me sugirieron que abandonara la idea, ya que, en ese mismo túnel, a algún inglés desconsiderado le había dado por tener una parada cardíaca y lo estaban reanimando. Como los túneles son TAN ESTRECHOS, era imposible pasar sin pisar o molestar al equipo de paramédicos o al "wanna-be" cadáver, así que cortaron el paso. Y huelga decir que no había otra entrada. Lo que tuve que hacer fue cogerme la vía en la otra dirección, bajarme en la siguiente parada y cambiarme de vía.

Cuando salí en mi parada (como con 40 minutos de retraso), me encontré una pizarra con un mensaje escrito que rezaba algo así: "La línea ha sido suspendida entre Holborn y Arnos grove porque había un pasajero enfermos".

Bien, colegas, esto no es como cuando eras pequeño y no te daba la gana ir al cole, así que le contabas a tu madre que estabas enfermos. No, aquí estamos hablando del desplazamiento de cientos, miles de personas en un sistema transporte ya obsoleto. Aquí, "enfermo" no está justificado a menos que sea igual o mayor a "ébola", "lepra" o "virus zombie". Hay que joderse.


Aceptable.


Lo de los cortes de líneas es algo que se estila mucho. Si la han cortado antes de que te subas al tren no pasa nada porque te has enterado. Pero, ¿y si te cortan la línea MIENTRAS estás en el tren?

¿Te avisan por megafonía interna? No.
¿Te lo muestran en alguna pantalla? No.
¿Te avisan los tíos que dan la señal para que el tren parta (sí, aquí tienen de estos...)? No.
¿Cómo te enteras, entonces?

Te enteras porque antes de llegar a tu estación te hacen bajarte del tren con el resto del ganado, donde avanzáis a marcha gorrina por las angostas cavernas de la estación mientras oyes como un robot de los años 60 cuenta algo indescifrable por megafonía QUE SE SUPONE QUE ES SE TRADUCE COMO "LA VÍA ESTÁ CORTADA, JODEROS, HIJOS DE PUTA".


Señal de metro Londres que indica posibles retrasos.


Y en cuanto a la masificación... bueno. Un precio tan desorbitado puede llevar a creer al ingenuo que el metro estará vacío porque es inasequible, pero no. En hora punta, el metro de Londres es un dispensador de claustrofobias: masas compactas de gente que inmovilizan casi absolutamente y estaciones de metro rebosando como alcantarillas en un día de lluvia torrencia. Cuando esto ocurre, los ingleses tienen una manera de solucionarlo muy lógica. ¿Que una estación está llena? Pues cerramos una de las dos salidas. Algo muy lógico...


"Capitán, he trabajado en varias soluciones organizativas para evitar la masificación en la cubierta 5: La más lógica es cortar todos los accesos menos uno que sirva a la vez de entrada y salida".


Llegado a este punto, tienes varias opciones: 1) te suicidas y decides ser parte del problema en lugar de parte de la solución ("señores, disculpen las molestias, hay otro cadáver en la vía. Estamos recogiendo los cachos, en cuanto terminemos se reanudará el servicio"), 2)abandonar la idea de desplazarte por Londres y volverte a casa o 3)coger un medio de transporte alternativo. ¿Y cual es el medio de transporte alternativo al metro?

El autobús

Hablemos de la red de autobuses de Londres. Para empezar, espero que el señor que diseñó esta red esté pudriéndose desde dentro hacia fuera en el pozo de agua estanca más maloliente del rincón más oscuro y nauseabundo del Infierno. Es el único premio capaz de honrar a un tío que ha basado su diseño en los siguientes puntos fuertes:

-Que haya paradas cada 20 metros.
-Que haya centenares de líneas que siguen prácticamente el mismo recorrido, lo cual las hace virtualmente idénticas.
-Que el 90% del tráfico de autobuses pase en algún momento por Oxford Street, la calle comercial más importante de Londres... que tiene dos carriles en un sentido y dos en otro.

Los resultados son maravillosos. Lo más común es que veas desde la ventana de tu autobús (parado) como el octogenario que se ayuda de un andador para moverse adelanta a tu vehículo. Luego te mueves durante 4 segundos y te vuelves a parar en un semáforo (que aquí los ponen como si fueran adornos de navidad).

También hay que destacar otras buenas costumbres que el autobus ha adaptado del metro, como son los cambios inesperados IN SITU. Esto es, que tú tomas el autobús para ir a un sitio y de repente ocurre algo insólito: Londres está más colapsado que las arterias de Jabba el Hutt. A pesar de ser una ciudad cuyo estado natural es "atasco de tráfico", los Londinenses no lo solucionan a largo plazo, sino que prefieren soluciones instantáneas y temporales. Siguiendo esta filosofía, el autobusero decide, importándole un cojón a dónde vayas tú, CAMBIAR LA RUTA PORQUE SÍ.

Para terminar esta entrada, quiero avanzar un poco una hipótesis que va a ser el motivo de mi tesis doctoral: Londres es en realidad una fábrica de muerte donde la mayoría de la gente, acabará troceada en la vía del metro por varias razones, a saber.

-Tu vida es una mierda, te tiras a la vía.
-El metro es una mierda, te desesperas y te tiras a la vía.
-El autobús es una mierda, te desesperas, te vas al metro y te tiras a la vía.
-El tren vale un pastizábal, así que te quedan los otros dos transportes que, al final, te llevarán a la desesperación y, por tanto, a la vía.
-Puedes coger un taxi. Los taxis y cómo conducen los ingleses merecen una entrada aparte. Coger un taxi te llevará o a la muerte por hostión a bordo de un taxi o a la ruina económica, lo que a su vez te llevará a la vía.

Sea cual sea, tu opción no te da una buena perspectiva de tu esperanza de vida en esta ciudad. No obstante, ahora que sabéis cuales son los puntos flacos del transporte en Londres, en breve elaboraremos una guía para que tus bolsillos sobrevivan a tus movimientos diarios por la ciudad de la niebla.